Los últimos acontecimientos en Israel han sido terribles: los combatientes de Hamás han traspasado la frontera y han matado a muchos civiles israelíes. El ejército israelí ha respondido con ataques aéreos en Gaza y es probable una costosa incursión terrestre del ejército israelí. Mientras tanto, la perspectiva de un conflicto con Hezbolá en su frontera norte plantea la posibilidad de que Israel tenga que luchar en dos conflictos simultáneamente. El espectro de un conflicto más amplio con Irán, que arrastraría a Estados Unidos y potencialmente a otros actores como Rusia, planea sobre estos acontecimientos en curso.
Por trágicos que hayan sido los acontecimientos sobre el terreno, la pregunta que nos hacemos los inversores ante cualquier acontecimiento geopolítico de este tipo es la misma: ¿qué significa esto para los mercados y cómo debemos responder?
Mientras el conflicto permanezca contenido dentro de las fronteras de Israel-Palestina, no vemos ninguna probabilidad de un impacto significativo en los mercados mundiales. El escenario más probable que tendría implicaciones globales para los mercados sería una escalada del conflicto que implicase a Irán y un posible enfrentamiento directo entre Irán e Israel.
Irán es un gran suministrador de petróleo a los mercados mundiales, pero lo que es más importante, está situado en una parte del mundo estratégicamente importante para las rutas marítimas mundiales. Irán ha amenazado anteriormente con cerrar estas rutas a los barcos y en los últimos años incluso ha secuestrado barcos que pasaban cerca de su costa. Una gran escalada entre Israel e Irán arrastraría inevitablemente a Estados Unidos como defensor de Israel, lo que plantea la perspectiva de grandes interrupciones de las cadenas mundiales de suministro si Irán hiciera una jugada para cerrar (o tratase de cerrar) rutas marítimas a través de Medio Oriente.
Esta última escalada de tensión geopolítica se produce tras la invasión rusa de Ucrania el año pasado, que conmocionó al mundo. La última ofensiva ucraniana se ha visto empantanada por posiciones rusas fuertemente fortificadas y por un ejército ruso que, en contra de la opinión generalizada de los medios de comunicación sobre el conflicto, se ha ido adaptando y aprendiendo. La resolución de ese conflicto parece tan lejana hoy como el año pasado.
En Asia, la perspectiva de una invasión china de Taiwán planea sobre la región y pesa sobre la confianza de los inversores a escala mundial. Un acto de este tipo por parte de China tendría implicaciones mundiales. Taiwán es fundamental para el suministro mundial de semiconductores, y una interrupción importante tendría un impacto dramático en el suministro de bienes y servicios en prácticamente todas las industrias, en todos los países. Además, plantea la perspectiva de una confrontación militar directa entre Estados Unidos y China.
Todo esto da miedo, ¿verdad? Pues sí. La guerra es terrible y el riesgo de grandes guerras entre Estados nación es una mala noticia para todos nosotros.
Sin embargo, ¿ocurre aquí algo nuevo que no haya ocurrido antes?
No, es la respuesta corta. En la era de las redes sociales y las noticias 24 horas es fácil pensar que vivimos tiempos especialmente peligrosos. Pero no es cierto. De hecho, incluso teniendo en cuenta la guerra en Ucrania, la escalada en Medio Oriente y la perspectiva de guerra en Taiwán, estos son tiempos especialmente pacíficos en comparación con casi cualquier otro momento de la historia.
La abuela de su autor recuerda la guerra entre el Reino Unido y Alemania, un conflicto global que arrastró a la Rusia soviética y a Estados Unidos y que terminó con 60 millones de muertos. La perspectiva de una guerra entre el Reino Unido y Alemania hoy en día es prácticamente inexistente, ambas naciones son estrechos aliados y democracias modernas.
E invertir en renta variable como inversor a largo plazo en aquella época, cuando Europa Occidental iba a la guerra consigo misma, habría sido una gran inversión. La rentabilidad a largo plazo de la inversión en esos momentos ha sido excelente, ya que la democratización de Alemania tras la guerra, la paz en Europa y el fuerte crecimiento económico han recompensado al inversor optimista y paciente.
A pesar de la legítima preocupación actual por la situación geopolítica, instamos a los inversores a no reaccionar con excesiva cautela. El optimismo paciente ha funcionado en conflictos mucho peores, en épocas en las que el mundo ha sido mucho más violento y en las que los riesgos eran mucho más grandes.
Mantenga la calma y siga adelante.