La automatización, la digitalización y ahora la inteligencia artificial están impulsando una de las mayores tendencias estructurales a largo plazo en el mundo actual: el aumento de la demanda de semiconductores. Estas tendencias están impulsando un auge sin precedentes en la producción de chips.
ASML, la empresa holandesa líder en la fabricación de equipos avanzados para la producción de chips, presentó la semana pasada sus sólidos resultados del segundo trimestre, lo que refleja que sus clientes están prosperando a medida que aumenta la demanda de semiconductores. El aumento de la demanda de maquinaria de ASML para fabricar chips se tradujo en pedidos e ingresos muy fuertes que superaron las expectativas del mercado.
Sin embargo, las acciones de ASML siguieron bajando tras el anuncio, y fue un movimiento significativo, ya que cayeron más de un 10% en un solo día. La caída no se debió a nada de lo comunicado en las cifras, sino a la preocupación de los inversores por las posibles nuevas restricciones del gobierno estadounidense a la venta de equipos semiconductores a China.
Este temor se extendió a otros del sector, con Tokyo Electron, fabricante japonés de equipos, cayendo un 7%, y TSMC bajando un 2% después de que Donald Trump sugiriera que Taiwán debería pagar a EE.UU. por defensa.
ASML ya tiene prohibido exportar su tecnología más avanzada a China, pero aun así este mercado representó casi la mitad de las ventas de equipos de ASML en el segundo trimestre, un salto significativo desde el 15%-20% habitual. Las empresas chinas están comprando máquinas más antiguas para impulsar la producción nacional de chips menos avanzados. Aunque esta cuota debería disminuir a medida que aumente la demanda mundial, sigue siendo una parte importante de su negocio.
En nuestra opinión, el movimiento en el precio de las acciones fue exagerado. No está claro qué medidas específicas podrían derivarse de cualquier revisión comercial en EE. UU. Mientras tanto, todas las expectativas de crecimiento futuro de ASML se basan en sus máquinas litográficas avanzadas, que de todos modos no vende en China. El endurecimiento de la normativa china en materia de exportación podría frenar un poco este crecimiento, pero probablemente no lo detendrá.
Otras partes de la cadena de suministro podrían sufrir más las consecuencias de estas tensiones mundiales. No solo están en peligro los fabricantes de equipos de alta gama como ASML y Tokyo Electron; los fabricantes de chips menos avanzados, como Infineon y STMicroelectronics, podrían tener que hacer frente a una mayor competencia en China a medida que los productores locales aumenten su propia producción en respuesta a las presiones políticas.
Si echamos la vista atrás en la historia, las industrias a la vanguardia de la tecnología a menudo se ven atrapadas en cuestiones geopolíticas. Así ocurrió con la industria textil británica en el siglo XIX y con la industria aeroespacial estadounidense durante la Guerra Fría. Estas industrias prosperaron gracias a la innovación, pero tuvieron que navegar constantemente por el cambiante panorama político. La situación de ASML no es diferente.
Así pues, aunque ASML y la industria de semiconductores en general están preparadas para el crecimiento, no deben perder de vista los acontecimientos geopolíticos. Equilibrar los avances tecnológicos con la previsión estratégica será clave para navegar en estos tiempos de incertidumbre y aprovechar las oportunidades que se avecinan.